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El «Efecto Trump» en la economía mundial

Aunque muchos eran los detractores, y parecía algo un tanto difícil de lograr, el pasado 08 de noviembre el “outsider” Donald Trump fue electo como el nuevo presidente de los Estados Unidos. En materia general, el triunfo de este candidato se debió principalmente a la gran cantidad de votos que obtuvo de parte de aquellos que decían sentirse ajenos a los beneficios de la globalización y que, además, se mostraron como grandes críticos del establishment político.

Trump

Si bien esta fue una de las elecciones más controvertidas que ha vivido el país, en este post no nos centraremos en hablar de ella sino más bien a poner de manifiesto la personalidad del candidato ahora Presidente, las promesas hechas durante su campaña y las posible consecuencias principalmente económicas que originen las mismas.

Son muchas las características que componen al magnate y gran empresario. Sin embargo, las que más destacan, según lo que ha dejado entrever mediante sus discursos, son las de: racista, aislador, misógino, proteccionista, impredecible y, sobre todas las anteriores, explosivo.

Esta combinación ha hecho que la mayoría de sus seguidores lo definan como una persona pragmática, con lo que busca suavizar y en ocasiones ocultar su confusa e inestable manera de pensar.

Lo prometido por Trump en campaña

Siempre se ha sabido que los políticos suelen prometer mucho cuando se encuentran en campaña electoral con el fin de atraer la mayor cantidad de votantes posibles. Sin embargo, las propuestas de Trump son muy claras y contundentes, por lo que no nos sorprendería si las llegara a cumplir.

Este es un resumen de las promesas hechas por el controvertido empresario, hoy Presidente de USA:

• Eliminar diversos programas llevados a cabo por su sucesor, Barack Obama. Entre ellas se encuentra el “Obamacare”, con el que más de 20 millones de habitantes encontraron protección en materia de salud.
• Erigir un muro en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal.
• Deportar a su país de origen a unos 11 millones de personas que no cuenten con la documentación necesaria para vivir en los Estados Unidos.
• Mejorar las relaciones con los países de Rusia y China.
• Reformar el Tratado con la OTAN.
• Examinar el acuerdo atómico con Irán.
• Incrementar el gasto público en 500 billones de dólares, a través de la inversión en defensa e infraestructura.
• Recortar los impuestos personales y corporativos.
• Revisar los acuerdos realizados recientemente con Cuba.
• Renegociar el tratado de libre comercio con México y Canadá.
• Optimizar la protección contra importaciones, a través del aumento en los aranceles (posible 35% a China y México).
• No tomar parte en libertades civiles del resto de los países.
• La FED posiblemente incrementaría su tasa de interés a corto plazo mucho más rápido que lo planteado antes de que se celebraran las elecciones, dando comienzo en la venidera reunión a efectuarse este mismo mes.

Muchas de estas medidas propuestas por Trump demuestran que busca, de alguna u otra manera, aislarse en temas internacionales y proteger sus intereses comerciales. Esto mantiene en zozobra a la población, con el posible incremento de la “aversión al riesgo”, a nivel doméstico y también internacional.

Algunas de las consecuencias negativas que podrían producirse en el caso de que el presidente electo cumpliera dichas promesas, serían las siguientes:

• Incremento del déficit fiscal estadounidense, lo que repercutiría directamente en el aumento de la inflación y de la relación deuda pública/Producto Interior Bruto (PIB).
• Dólar más fuerte.
• Limitaciones al comercio internacional y posible guerra de divisas.
• Fuga de capitales, devaluación de las monedas e incremento del endeudamiento.
• Evitar la «difamación» en los medios de prensa, contradiciendo la Primera Enmienda de la Constitución que establece -como uno de los derechos fundamentales- la libertad de expresión.

Según los analistas internacionales se temen unos resultados nada prometedores, aunque es aún muy apresurado lanzar previsiones sobre la economía de una forma tan cortoplacista, más aun teniendo en cuenta que aún no sabemos qué medidas y en qué grado tomarán el equipo de Trump con respecto a la economía.

El aislamiento y la sobreprotección (con respuesta negativa de parte de los aliados y pase libre para entrometimiento de China y Rusia), en combinación con lo anteriormente mencionado, si es cierto que no dan cabida a un futuro estable y prometedor.

Hasta el momento, los análisis de su venidero gobierno no se basan en las propuestas que realizó durante su particular campaña, sino más bien de qué manera las instituciones estadounidenses podrían evitar su cumplimiento.

La actual globalización que se vive en el país no ha sido bien recibida ya que su valor agregado no se ha visto reflejado en todos los segmentos económicos. Sin embargo, la solución no parece ser más aislamiento y proteccionismo sino más bien, una mejora en la distribución de los beneficios.

El tiempo y las decisiones de Trump y su equipo de Gobierno, unidos a los efectos de la economía global y a la actitud del resto de mandatarios internacionales nos darán una buena medida si Trump causa un efecto negativo o positivo sobre la economía de Estados Unidos.

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